CUERPO, MENTE Y EMOCIONES: UN ENFOQUE INTEGRAL PARA SANAR DESDE LA RAÍZ

Como psicóloga especializada en psicología corporal, con más de una década de experiencia acompañando procesos terapéuticos individuales y grupales, he podido ver una y otra vez cómo el trabajo corporal puede abrir puertas que la palabra no alcanza. En este artículo quiero ofrecerte una mirada integral: te hablaré de cómo el cuerpo guarda información emocional, cómo influye en nuestra manera de pensar y sentir, y cómo podemos usar el movimiento consciente, la respiración y la atención al cuerpo para sanar desde la raíz.

Cristina Porta Vila

5/5/20257 min read

Introducción

Durante siglos, nuestra cultura occidental ha promovido una separación tajante entre mente y cuerpo. El cuerpo ha sido visto como una herramienta secundaria, subordinada a la mente, que era considerada la sede de la razón, las emociones y la consciencia. Afortunadamente, esto está cambiando. En los últimos años, gracias a los avances en neurociencia, biología y psicología, estamos empezando a comprender algo esencial: el cuerpo no es un mero acompañante del proceso mental y emocional, sino su protagonista inseparable.

Como psicóloga especializada en psicología corporal, con más de una década de experiencia acompañando procesos terapéuticos individuales y grupales, he podido ver una y otra vez cómo el trabajo corporal puede abrir puertas que la palabra no alcanza. En este artículo quiero ofrecerte una mirada integral: te hablaré de cómo el cuerpo guarda información emocional, cómo influye en nuestra manera de pensar y sentir, y cómo podemos usar el movimiento consciente, la respiración y la atención al cuerpo para sanar desde la raíz.

El cuerpo no es un mero acompañante del proceso mental y emocional, sino su protagonista inseparable. Cuando no le puedes poner palabras, el cuerpo te ayuda a expresarlo.

¿Por qué necesitamos mirar el cuerpo en terapia?

Vamos por la vida como cabezas pensantes con patas, y vivimos nuestro cuerpo como un vehículo al que hay que alimentar para que siga caminando. Y olvidamos que las emociones habitan en nuestro cuerpo, es donde las sentimos. También es donde habita nuestra intuición y nuestro inconsciente (nuestro cuerpo guarda información holística), que nos ayudan invisiblemente a tomar las decisiones que creemos que se originan sólo en la mente (la neurociencia lo avala). Por no hablar de lo que llamamos enfermedades “psicosomáticas”, donde el cuerpo expresa lo que está pasando en la mente y en las emociones.

El cuerpo no miente, el cuerpo desvela lo que la mente no quiere ver. Podemos autoengañarnos con la mente, pero el cuerpo siempre dice la verdad. El cuerpo grita lo que la mente calla. Los síntomas físicos y la enfermedad son «el grito del cuerpo» cuando no se ha escuchado lo que anteriormente susurraba. Por eso creo fundamental aprender a escuchar al cuerpo, sus mensajes y sus registros.

La mayoría de l@s psicólog@s trabajan los dominios mental y emocional. Y esto está muy bien, ayuda mucho al paciente. Es un abordaje más lingüístico y, por tanto, más mental. Sin embargo, si trabajamos el dominio corporal en paralelo, hay una integración Corporal, Emocional y Mental y conseguimos multiplicar enormemente los beneficios de cualquier intervención terapéutica, pues esta integración genera la experiencia de unidad interna y de interrelación con la totalidad de la vida.

No tenemos un cuerpo, somos un cuerpo, y no lo podemos separar de la mente y de las emociones. Trabajar a través del cuerpo puede ser una terapia en sí misma, o puede ser una técnica compatible con –y complementaria a– cualquier otro tratamiento psicológico, médico o farmacológico.

Conectándote con el movimiento y la respiración puedes tomar consciencia de tu cuerpo e incorporar nuevos hábitos corporales y habilidades posturales que beneficiarán a tu mente y a tus emociones. Con la atención aquí y ahora (Mindfulness) puedes distanciarte de tus pensamientos (dominio Mental) para observar y explorar tu corporalidad en movimiento (dominio Físico/Corporal) y conectar con tus emociones (dominio Emocional).

A través del cuerpo puedes mejorar tu autoestima y tu seguridad, aprender a poner límites, vivir con más alegría y libertad, conseguir tus propósitos, conectar con tu interior, abrazar la vida y fluir con ella, expandir tu ser interior para relacionarte con los demás desde otro lugar, crear posturas beneficiosas para mejorar tu estado de ánimo, aprender a escuchar tu cuerpo y a darle respuesta… y mucho más.

Nuestro cuerpo alberga toda nuestra historia (experiencias vividas desde la concepción hasta la edad adulta), nuestros aprendizajes y nuestras emociones. Guarda memorias subconscientes en la memoria somática, y tiene muchos hábitos adquiridos como fruto de esta memoria. Pero también guarda los traumas y microtraumas en forma de trastornos posturales y bloqueos musculares. Algunos expertos han llamado “corazas” a estos bloqueos músculo-esqueléticos. De hecho, este concepto fue acuñado por Wilhelm Reich, discípulo de Sigmund Freud.

El cuerpo rígido, la homogeneidad de gestos y posturas, movimientos que repetimos una y otra vez… La sociedad nos ha condicionado para la uniformidad. Con el trabajo corporal conseguimos que el cuerpo sea una manifestación de la diversidad y de la singularidad de cada un@.

Nuestro cuerpo proyecta lo que pensamos y lo que sentimos a través de nuestros gestos, posturas y movimientos (relación mente-cuerpo). Y esculpiendo nuestros gestos, posturas y movimientos (relación cuerpo-mente) también podemos cambiar lo que pensamos y lo que sentimos. Cambiando tus hábitos corporales, generas nuevas posibilidades. Se focaliza en la vivencia, en la experiencia. Cuando estás en movimiento el cuerpo te trae lo que te quiere decir. Te conectas con el subconsciente y con la emoción de forma directa, pues nuestro inconsciente se manifiesta a través del cuerpo.

El cuerpo no miente, el cuerpo desvela lo que la mente no quiere ver. Podemos autoengañarnos con la mente, pero el cuerpo siempre dice la verdad. El cuerpo grita lo que la mente calla. Nuestro cuerpo alberga toda nuestra historia, nuestros aprendizajes y nuestras emociones. El cuerpo guarda recuerdos subconscientes en la memoria somática, y tiene muchos hábitos adquiridos como fruto de esta memoria.

La Teoría Polivagal

La teoría Polivagal de Stephen W. Porges ha revolucionado lo corporal y ha demostrado empíricamente todo lo que ya intuíamos.

De forma muy resumida, la teoría polivagal se centra en el nervio vago, que conecta bidireccionalmente el cerebro con casi todos los órganos del cuerpo y ayuda a cambiar el modo corporal para el descanso, la relajación, la recuperación, la regulación de la frecuencia cardíaca y la respiración. El nervio vago es la clave del bienestar pues afecta nuestras emociones, de modo que, si lo estimulamos, podemos calmar la ansiedad y el estrés.

El nervio vago es el más largo de todos los nervios craneales, pues “vaga” por todo el cuerpo. Controla el Sistema Nervioso Parasimpático (el que nos ayuda a relajarnos y recuperar la calma) y supervisa una gran cantidad de funciones cruciales.

La experiencia es cuerpo, por eso, el cuerpo aprende y el cerebro sólo acumula datos.

Porges afirma que, cuando hay traumas o microtraumas, hay poco tono vagal porque las emociones han quedado “no resueltas” en el cuerpo y la energía se ha quedado enquistada y no ha fluido. De modo que, aumentando el tono vagal podemos superar estos asuntos inconclusos.

Ejemplos de cómo aumentar el tono vagal:

  • La meditación

  • Cantar, tararear o repetir mantras

  • La risa

  • El frío

  • La alimentación cuidada

  • Un encuentro con amigos íntimos donde no has de demostrar nada y no tienes que defenderte (sabes que no te sentirás juzgado)

  • Las actividades que te hacen sentir bien (p.e. hacer algo por los demás)

  • La respiración consciente para activar o para relajar

  • La coherencia entre respiración y movimientos corporales (chi kung, yoga, etc)

  • Técnicas de consciencia postural o movimiento consciente (detallo algunas a continuación)

El nervio vago conecta bidireccionalmente cuerpo y cerebro, y es la clave del bienestar. Estimulándolo podemos calmar la ansiedad y el estrés.

La Consciencia Postural y el Movimiento

La comunicación entre cuerpo y mente es bidireccional: “no sólo lo que pensamos y lo que sentimos esculpen nuestra corporalidad, también a través de nuestra corporalidad podemos esculpir nuestro cerebro” (Nazareth Castellanos, neurocientífica).

La postura determina nuestros pensamientos y, por tanto, puede cambiar nuestro estado de ánimo. También puede cambiar nuestra percepción de la realidad. El cerebro está constantemente interpretando nuestra postura y gesticulación facial para saber cómo nos sentimos y actuar en consecuencia (generará neurotransmisores en coherencia con aquello que interpreta).

En la Técnica Postural, del BAILE TERAPÉUTICO que practico con mis alumn@s abordamos diferentes posturas corporales y observamos qué mensajes nos trae el cuerpo a través de sensaciones y emociones. Esculpimos estatuas emocionales en nuestros propios cuerpos, les asociamos una expresión facial y las ponemos en movimiento. Esta técnica nos enseña qué posturas nos hacen sentir bien y nos ayudan a mejorar nuestro mundo mental y emocional. Todo lo que experimentemos y aprendamos quedará grabado en las memorias del cuerpo y aflorará con facilidad en nuestro día a día.

La postura determina nuestros pensamientos y, por tanto, puede cambiar nuestro estado de ánimo. En la técnica postural de BAILE TERAPÉUTICO que practico con mis alumn@s esculpimos estatuas emocionales en nuestros cuerpos, les asociamos una expresión facial y las ponemos en movimiento.

El Movimiento Consciente y la Expresión Corporal

Dentro del Movimiento Corporal utilizo 2 técnicas de BAILE TERAPÉUTICO con mis alumn@s:

  1. La Danza de los 4 Elementos: movilizamos la energía del cuerpo para impactar en nuestras emociones y acciones a través de los 4 elementos.

  • Tierra: seguridad, estabilidad, fuerza

  • Aire: frescura, ligereza, disfrute, alegría, libertad

  • Fuego: determinación, foco para conseguir objetivos, acción

  • Agua: ternura, amor, agradecimiento, aceptación, conexión conmigo mismo y con los otros

  1. El Baile de las 5 Emociones: cada emoción tiene su movimiento corporal.

  • Miedo: fluidez y enraizamiento. Conectar con el cuerpo Físico.

  • Ira: energetización y acción. Conectar con el cuerpo Emocional

  • Tristeza: desorden, caos y soltar. Conectar con el cuerpo Mental y Emocional

  • Alegría: liberación y expansión. Conectar el cuerpo Físico con el Mental y Emocional

  • Paz: compasión y vaciarse. Conectar con la Respiración.

En cuanto a Movimiento Corporal, utilizo 2 técnicas de BAILE TERAPÉUTICO con mis alumn@s: la Danza de los 4 Elementos y el Baile de las 5 Emociones.

Estimado lector/a, ya que has leído hasta aquí, espero que empieces a poner consciencia en tu cuerpo y en las sensaciones que te comunica. ¡Ni te imaginas el nuevo mundo que se abrirá ante ti! 😉